El método de la escalera o un ejemplo de aprender entre iguales


La Coordinadora Estatal de Alumnas/os de Trabajo Social: una experiencia para recordar

Un pequeño homenaje a una gran mujer, Pepa Luis

Es mi primera entrada de 2019 y me ha motivado a escribirla un hecho triste, la muerte de nuestra compañera Pepa Luis, trabajadora social formada en Huelva y Barcelona y que trabajó mucho en el ámbito del asociacionismo y del feminismo. He pensado que una buena manera de recordarla era poner sobre el papel (virtual, pero papel al fin) la experiencia que nos unió cuando éramos solo estudiantes.
A veces me sorprendo al descubrir que muchas profesionales no conocen, o quizás no recuerdan, una forma de organización de las alumnas y alumnos de Trabajo Social que funcionó durante bastantes años (se llegó a conmemorar el 25 aniversario) y que fue un elemento importante en el proceso de convertir los antiguos estudios de "Asistente Social" en la Diplomatura de Trabajo Social, porque nos permitía coordinarnos y tener información de distintas fuentes en una época en la que la información fluía mucho menos que ahora. 
Pero, sin duda, la experiencia más interesante que llevó a cabo la Coordinadora fue la organización de hasta 10 jornadas de verano en los años 80-90. Una experiencia total y absolutamente autogestionada por la Coordinadora en la que se abordaban temas que tratábamos en las Escuelas, pero desde distintas perspectivas y sumando los conocimientos y las referencias que habíamos obtenido tanto en los estudios como en la búsqueda de referencias extra-curriculares.
Las Jornadas de 1984, que celebramos en Mijas (Málaga) son las que me sirven para dar título a la entrada de hoy. 
Portada y contraportada del programa de las III Jornadas
de Trabajo Social - Mijas (Málaga), 1984 - Documento
aportado por Carlos Núñez
En esas jornadas nos reunimos casi 250 personas y trabajamos (y nos divertimos) durante una semana, abordando temas diversos organizados por talleres.

Pero lo más interesante, desde mi punto de vista, fue el proceso de preparación y la importancia que le quisimos dar a la metodología de la intervención social.
Estamos hablando de una época en la que en las escuelas el método de referencia era el "método básico" de Montserrat Colomer y la bibliografía sobre métodos y modelos era prácticamente una desconocida (ni siquiera se había publicado en España la versión traducida de la obra de Mary Richmond, para que nos hagamos una idea), o como mínimo ese es el recuerdo de mis estudios. 
La experiencia de las Jornadas no fue la semana en Mijas, que fue una gran experiencia por si sola, sino todo el verano de 1984 que pasamos preparándolas: encuentros en distintas ciudades, compartir libros que venían de América Latina y su movimiento de reconceptualización del Trabajo Social, aprender del resto para preparar los talleres...
Y en ese proceso de aprendizaje entre iguales, - en el que participábamos igual lxs que estábamos empezando, los que estábamos a medio camino y algunxs que ya empezaban sus primeros pasos como profesionales -, había un interés especial por el método, por un método que nos sirviese para los distintos talleres, que abordaban distintos ámbitos de trabajo. 
Ahí nació el "método de la escalera", nombrado así por la compañera Pepa, que difería del modelo que estudiábamos en la escuela en el hecho que no era lineal, sino que crecía durante el proceso metodológico y la metáfora de la escalera pareció ser la más adecuada. Como decía antes, el método que estudiábamos en las escuelas era muy lineal: una fase tras la otra y no parecía que la fase anterior sumara a la posterior, sino que eran como pasos a dar, no se centraban en el contenido sino solo en la forma. El "método de la escalera" en cambio reconocía ese conocimiento, ese avance en cada fase del proceso; pero, además, incorporaba la ideología, entendida como el conjunto de ideas y marcos que te permiten interpretar la realidad, que influía en la manera en la que analizábamos la realidad social, en la manera en la que interpretábamos las señales que las personas y las comunidades nos ofrecían. Ahí empezamos (o seguimos) a ponernos las "gafas lilas" para ver el mundo desde otra perspectiva. Y eso sucedía en un momento en el que, por lo que nos transmitían en la escuela, el "método" debía ser una cuestión puramente técnica, científica en el sentido del positivismo, hechos en sí mismos, aislados del contexto. 
La metáfora de la escalera para explicar la planificación
en clase (N. Fustier)
Reconozco que la metáfora de la escalera me quedó grabada (y dormida), mucho más que algunos contenidos de asignaturas que aprobé para acabar los estudios, y que, años después, cuando empecé a trabajar más específicamente en planificación y a hacer cursos o presentaciones la recuperé. Aún ahora para explicar la base de la planificación utilizo la imagen de una escalera, no tan recta como la de las pegatinas de las Jornadas de Mijas, sino una escalera de caracol que me permite explicar bien ese avance a través de las fases de la planificación mostrando ese estar en una situación distinta que la precedente, especialmente en la evaluación que será inicio o final según dónde te sitúes, pero que nunca estará en el mismo plano que la primera que te llevó a plantear una acción, estará en otro nivel. 
Quizás hubiese llegado igual a superar la rigidez metodológica que nos transmitían en la escuela, quizás hubiese llegado igual a saber que aprender de iguales es un método magnífico para conocer otras realidades, quizás habría aprendido organización y dinamización por otros medios... pero la realidad es que fue la Coordinadora Estatal de Alumnas y Alumnos de Trabajo Social donde pude aprender esas y otras muchas cosas, junto con gente maravillosa que creían (y creen) en el Trabajo Social.

Como un recuerdo a Pepa Luís os dejo la versión feminista de Bella Ciao, que hubiese compartido con todas nosotras 







Comentarios

  1. Bravo Nuria! que bonito y que mejor ejemplo de que se aprende más con métodos participativos y de forma constructivista. Y que camcvión que me recuerda a mi infancia. Gracias por tu post

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  2. Bravo Nuria! que bonito y que mejor ejemplo de que se aprende más con métodos participativos y de forma constructivista. Y que canción que me recuerda a mi infancia. Gracias por tu post

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  3. Buena metafora, la escalera espiral: pasar por un mismo espacio a un nvel superior, con más visión, más distinciones y diferencias.
    Gracias compañera

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